Según anuncio el pasado lunes El Correo en su página web, Urko Vera podría convertirse inminentemente en el próximo fichaje del Deportivo Guadalajara. No en vano, El Correo asegura que el delantero de Barakaldo, descartado por Marcelo Bielsa en el Athletic de Bilbao, podría estar cerca de firmar por dos temporadas con el conjunto alcarreño después de que las negociaciones que mantenía con el Hércules no hayan fructificado definitivamente.
Nacido el 14 de mayo de 1987, Urko Vera fichó en el pasado mercado invernal por el conjunto bilbaíno después de realizar un arranque liguero espectacular con el Lemona, en Segunda B, con el que firmó 13 goles en 18 partidos. Ya con el primer conjunto bilbaíno, Vera anotó un tanto en los cinco partidos que disputó el pasado curso en Primera División.
Urko Vera, de utillero por 250 euros a marcar en Primera
En el fútbol actual, en la mal llamada 'Liga de las Estrellas' hay muchos jugadores que distan de eso, de ser estrellas, o de al menos vivir como viven los elegidos, esos que tienen multitud de admiradores y que ocupan portadas tanto deportivas como de color rosa. Todas las temporadas siempre aparece un futbolista hecho así mismo, con una historia tras él que nada tiene que ver con la de los llamados 'cracks'.En esta ocasión hablamos de Urko Vera, jugador del Athletic que si bien ayer ante el Villarreal no tuvo suerte, ha sido el último en pasar a formar parte de ese reducido círculo de elegidos que juegan en Primera división. Y en este caso se puede decir que ha tocado el cielo gracias a su trabajo, constancia y su cabezonería en eso de jugar en el Athletic. Todo ello le permite defender esa camiseta en Primera e incluso a marcar goles decisivos como hizo el pasado lunes en Getafe, en su segundo partido a las órdenes de Caparrós.
Urko Vera (23 años) tuvo que abandonar el Athletic siendo alevín poco después de que su padre falleciera cuando acababa de cumplir diez años. Su fútbol no encajaba en Lezama y tuvo que empezar un largo peregrinar por todo el fútbol vasco antes de volver a la que es su casa. Criado en uno de los barrios más complicados de Bilbao como es Txurdinaga, todos los avatares que le ha deparado la vida, parece que han curtido a un delantero que se acerca a los dos metros de altura.
Varios equipos de Tercera en Euskadi intentan su fichaje, pero su agente le recomienda aceptar una propuesta del filial del Eibar, uno de los equipos que mejor trabaja a la gente joven. Urko acepta, pero con la condición de mantener el trabajo que había conseguido como almacenero de una empresa de plásticos, trabajo nada recomendado para un futbolista. La crisis le afecta y pasara a engrosar las filas del paro en diciembre de 2009, pero fue la mejor noticia que le pudo pasar, ya que partir de entonces comienza a entrenar con el Eibar de Segunda B y a jugar con el filial. Catorce goles en la segunda vuelta le valen para tener una oportunidad en el primer equipo. No la desaprovecha y tras un Eibar-Barakaldo, jugó tres partidos más.
Termina la temporada y aparecen varias ofertas de equipos de Segunda B. En estas el Athletic se empieza a interesar por el que había sido su jugador infantil, pero que termina desapareciendo cuando el pertinente informe llega a un miembro de la dirección deportiva. Aquí es cuando llama el Lemona, que toma la delantera a Barakaldo y Denia. Se inclina por el Lemona, pero lo hace porque necesita dinero. El paro se le acababa y la entidad vasca le facilita 250 euros extras si hace de utilero, llevando la ropa sucia de los compañeros desde los campos donde entrenan (lejos de Lemona) a las instalaciones del club, circunstancia que repetía hasta hace tres meses. Con un fijo garantizado, el aspecto deportivo empieza a crecer y es Pichichi con 13 goles al terminar la primera vuelta de la temporada 2010-2011.
Los goles llaman la atención de diferentes equipos como Sporting (Quini le vio en Oviedo y se quedó maravillado de sus remates de cabeza), Getafe de nuevo, Elche y Murcia. En estas aparece el Athletic, obligado por su especial idiosincrasia a pescar todo lo que se mueva por Euskadi, tal y como le sucedió con Toquero. La oferta era peor que cualquiera de las otras, pero su empeño en triunfar en su equipo de toda la vida, le llevan a aceptar la propuesta del club vizcaíno el pasado mes de enero. De momento la apuesta parece haber sido positiva para todos.
Urko Vera (23 años) tuvo que abandonar el Athletic siendo alevín poco después de que su padre falleciera cuando acababa de cumplir diez años. Su fútbol no encajaba en Lezama y tuvo que empezar un largo peregrinar por todo el fútbol vasco antes de volver a la que es su casa. Criado en uno de los barrios más complicados de Bilbao como es Txurdinaga, todos los avatares que le ha deparado la vida, parece que han curtido a un delantero que se acerca a los dos metros de altura.
La escuela de fútbol de Santutxu le acoge, hasta que en su segundo año de juvenil decide marcharse al Lezama KT, equipo de Segunda regional. Meses más tarde regresa para jugar en Tercera con el Santutxu, para después pasar al Llodio, con el que fuera agente Miguel Santos de presidente. Aquí es dónde se da cuenta que puede llegar a ganarse la vida jugando al fútbol. Los goles que logra llaman la atención del Portugalete. Su periplo en el citado equipo lo inicia marcando en Copa ante el Valencia. Sorprende a Marchena y empieza a merodear la fama, pero la nefasta segunda vuelta del equipo le condena al ostracismo.
Su juego decae, pero en su vida deportiva se cruza el que es ahora su agente, Borja Osorio de la empresa Futevo. Su primer movimiento es hacer una prueba con el Getafe de la mano de Carlos Guerrero. A la espera de la contestación del equipo madrileño, el Portugulate decide darle la baja. La causa: 'su fútbol no encaja en el perfil del equipo'. Un lince el que firmo la baja federativa. Depresión total. Urko desaparece durante unas semanas y está muy cerca de abandonar el fútbol como medio de vida, para convertirse en un trabajador más.
A trabajar de utillero por 250 euros
Varios equipos de Tercera en Euskadi intentan su fichaje, pero su agente le recomienda aceptar una propuesta del filial del Eibar, uno de los equipos que mejor trabaja a la gente joven. Urko acepta, pero con la condición de mantener el trabajo que había conseguido como almacenero de una empresa de plásticos, trabajo nada recomendado para un futbolista. La crisis le afecta y pasara a engrosar las filas del paro en diciembre de 2009, pero fue la mejor noticia que le pudo pasar, ya que partir de entonces comienza a entrenar con el Eibar de Segunda B y a jugar con el filial. Catorce goles en la segunda vuelta le valen para tener una oportunidad en el primer equipo. No la desaprovecha y tras un Eibar-Barakaldo, jugó tres partidos más.
Termina la temporada y aparecen varias ofertas de equipos de Segunda B. En estas el Athletic se empieza a interesar por el que había sido su jugador infantil, pero que termina desapareciendo cuando el pertinente informe llega a un miembro de la dirección deportiva. Aquí es cuando llama el Lemona, que toma la delantera a Barakaldo y Denia. Se inclina por el Lemona, pero lo hace porque necesita dinero. El paro se le acababa y la entidad vasca le facilita 250 euros extras si hace de utilero, llevando la ropa sucia de los compañeros desde los campos donde entrenan (lejos de Lemona) a las instalaciones del club, circunstancia que repetía hasta hace tres meses. Con un fijo garantizado, el aspecto deportivo empieza a crecer y es Pichichi con 13 goles al terminar la primera vuelta de la temporada 2010-2011.
Los goles llaman la atención de diferentes equipos como Sporting (Quini le vio en Oviedo y se quedó maravillado de sus remates de cabeza), Getafe de nuevo, Elche y Murcia. En estas aparece el Athletic, obligado por su especial idiosincrasia a pescar todo lo que se mueva por Euskadi, tal y como le sucedió con Toquero. La oferta era peor que cualquiera de las otras, pero su empeño en triunfar en su equipo de toda la vida, le llevan a aceptar la propuesta del club vizcaíno el pasado mes de enero. De momento la apuesta parece haber sido positiva para todos.
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